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Uno de los pilares en los que se sustenta la escuela inclusiva es el apoyo en el aula o refuerzo pedagógico (co-docencia o co-enseñanza). Se trata de un medida a la que hice mención en ESTA ENTRADA y que recoge el artículo 15 de la Orden 20/2019 (respuesta educativa para la inclusión).

La diversidad en el aula es un aspecto enriquecedor para el proceso de enseñanza y aprendizaje, pues, entre otros aspectos, permite abordar la docencia desde distintos puntos de vista. Ahora bien, como ocurre con otras tantas medidas de intervención educativa, es necesario una adecuada gestión de los recursos, y por tanto, una planificación previa.

La docencia compartida es una buena medida para atender la diversidad y dar respuesta a la inclusión educativa siempre y cuando se gestionen bien los recursos. Por tanto, la programación didáctica y más aún la programación de aula son instrumentos fundamentales para conseguir éxito en la aplicación del refuerzo pedagógico.

Algunas ventajas de la docencia compartida:

  • Es difícil incurrir en fallos, pues las decisiones en el aula deben ser previamente consensuadas por varios docentes.
  • Se incrementa la calidad de la enseñanza, pues se complementan competencias y conocimientos de los docentes.
  • La evaluación y calificación del alumnado es más justa pues se realizan a partir de varios puntos de vista.
  • En una misma sesión se pueden trabajar distintas actividades tutorizadas.
  • Al ser varios docentes en el aula se puede dar respuesta inmediata a cualquier situación problemática (un docente puede salir del aula a buscar material, incluso a mediar en un conflicto entre alumnado; ante la falta puntual de uno de los docentes siempre estará el otro,...)
  • Se facilita notablemente la atención a la diversidad pues, por ejemplo, uno de los docentes puede atender durante más tiempo a una alumna o alumno con dificultades de aprendizaje mientras el otro sigue el ritmo habitual.
  • Se reparte el liderazgo y se democratizan el aula.
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La docencia compartida requiere de la acción coordinada del profesorado.

Deben promoverse interacciones de aprendizaje y la participación del alumnado, para dar respuesta a las necesidades del aula.

Imagen de Mediamodifier en Pixabay

Se trata de diseñar estrategias didácticas que:

  1. Fomenten la interacción y el trabajo en equipo. Las explicaciones en gran grupo (sesión tradicional conductivista) deben dejarse para las sesiones en las que no se cuente con el refuerzo. Solo de forma puntual deberíamos emplear el refuerzo en el aula para registrar el comportamiento general de la classe (evaluación) e identificar barreras de aprendizaje generales o específicas.
  2. Permitan diferentes niveles de profundidad y amplitud de los aprendizajes. La docencia compartida facilita notablemente la interdisciplinariedad. Por ejemplo, un profesor o profesora de matemáticas y el otro u otra de química, pueden trabajar procedimientos desarrollados en la asignatura de matemáticas a través de un experimento de química, de forma que se desarrolle el ámbito científico-matemático y se despliegue el currículo de forma integrada y transversal (aquí una de las razones que justifican la docencia compartida entre profesorado de diferentes especialidades y además el trabajo por ámbitos).
  3. Favorezcan el éxito de todo el alumnado (especialmente de aquellos que tienen más dificultades). La co-docencia permite plantear distintas estrategias didácticas, distintos tipos de actividades y materiales no uniformes, así como utilizar diferentes agrupamientos, para combinar el trabajo individual con el trabajo en pequeño grupo y con actividades en gran grupo.

El diseño de la docencia compartida requiere que el profesorado que interviene planifique conjuntamente las sesiones. Se deben definir las funciones y repartir las tareas a desarrollar con el alumnado. Es decir, es necesario establecer criterios y acuerdos sobre los aspectos básicos de organización y gestión del aula en los momentos de la intervención, por lo que la programación de aula cobra un papel relevante.

Criterios y acuerdos previos a la docencia compartida:

  • Tipo de contenidos y actividades a trabajar.
  • Organización del espacio y agrupamientos del alumnado.
  • Nivel de participación del profesorado en la dinámica de la clase.
  • Estrategias para asegurar la atención al alumnado que presenta mayores barreras de aprendizaje.
  • Acuerdos para el seguimiento, evaluación de los apoyos y progreso del alumnado.
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Las características del grupo de alumnado, la concreción curricular del centro, el tipo de refuerzo,... Son aspectos que determinarán el tipo de intervención del profesorado.

Algunos ejemplos de intervención docente en función del tipo de refuerzo que se planifique:

  • Trabajo en grupos heterogéneos o grupos cooperativos: el alumnado dividido en grupos, rota por diferentes secciones en las que se presentan contenidos o se realizan actividades de distinta naturaleza y/o nivel de dificultad. De este modo se permite la presentación simultánea de contenidos distintos, posibilita a adaptar la enseñanza, facilita un alto nivel de respuesta y motivación al alumnado. Los contenidos o actividades a realizar por el profesorado no deberían superar los 15-20 minutos, de forma que se mantenga la motivación del alumnado.
  • Conducción conjunta de una explicación: el profesorado explica como si de una actuación de Pimpinela se tratase, es decir, se emplea la interacción dialógica y el debate en el que obviamente debe participar el profesorado y el alumnado.  Los profesores y profesoras, de forma conjunta y colaborativa, clarifican cuestiones y complementan sus explicaciones para garantizar un mejor aprendizaje.
  • Desarrollo de un proyecto: el profesorado se desplaza por la clase e interviene en los equipos de trabajo reforzando los aprendizajes y orientado en el desarrollo del proyecto. Cada profesor o profesora puede estar especializado en una temática o fase del proyecto o bien orientar en la misma fase pero ofreciendo perspectivas diferentes.
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Obviamente para que el refuerzo pedagógico tenga éxito es necesario que el profesorado que desarrolle la co-docencia comparta el sentido y los objetivos de las actividades y por tanto se requiere una buena comunicación y relación entre ellos.

Imagen de Stux en Pixabay

Algunos consejos antes de iniciar la docencia compartida:

  • Los docentes deben compartir la una misma visión de la Educación. Difícilmente funcionará la docencia compartida entre un docente marcadamente conductivista o otro constructivista.
  • Es necesario consensuar previamente el sistema de evaluación y los criterios de calificación.
  • Se debe reducir al mínimo la explicación teórica, pues la presencia de dos docentes garantiza que las dudas se resolverán en la medida en que se realizan las tareas.
  • Aunque de forma puntual un docente puede asumir el liderazgo de la clase, es recomendable que tod@s l@s que intervengan lo hagan en igualdad de condiciones. Por tanto, la planificación, el seguimiento y la evaluación debe ser diseñada de forma colaborativa entre todo el profesorado que intervenga en la co-docencia.
  • La evaluación ha de ser siempre colegiada.
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Y para saber más...

Te aconsejo leer las reflexiones de Teresa Huguet: artículos y libros.

Feliz miércoles,

Raül

Imagen destacada de Gerd Altmann from Pixabay