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Las hogueras de Alicante me han permitido tener un fin de semana más largo de lo normal. Han sido unas "minivacaciones" que realmente me hacían falta. Una travesía de 60km con José Luis y Bala (de Alcoy a Benidorm por la montaña, con pernocta a las faltas de la sierra Aitana), un poco de tranquilidad en mi "minihuerta" y unos felices momentos con mi familia. Genial y con las pilas cargadas de nuevo!!!!


Hoy me centraré en un tema del que ya he escrito en otras ocasiones:

Durante los últimos meses me han consultado en varias ocasiones sobre la validez de evaluar separando conceptos, procedimientos y actitudes.

¿Tú que opinas? ¿Es adecuado separar conceptos, procedimientos y actitudes? ¿Las competencias no incluyen estos tres ítems? ¿Esto no era de la LOGSE? ¿Qué es evaluar por competencias?

En la entrada "Evaluar para conocer, examinar para excluir" se justifica la necesidad de una evaluación formativa. Por tanto, el sistema de evaluación de cualquier materia debe incluir, además de aspectos relativos a la evaluación final para la emisión de una calificación, otros tantos aspectos relativos a la orientación y la retroalimentación. Se trata de un modelo que pase de la "evaluación del aprendizaje" a la "evaluación para el aprendizaje", un modelo integral donde se evalúe todo tipo de competencias, tanto las específicas de la materia como las genéricas que no se suelen tener en cuenta. Este nuevo modelo supone un cambio de paradigma, un esfuerzo de diseño inicialmente mayor, donde se establezca:

  1. El qué tiene que aprender el alumnado.
  2. Las cualidades o actuaciones que definen las categorías de calificación.
  3. Las técnicas de evaluación que permitan evaluar el cómo lo han hecho.

Y todo esto sin perder de vista que la evaluación es una oportunidad de aprendizaje, de forma que la calificación, aunque necesaria, debe ser siempre secundaria. Por tanto, mejor tender hacía una evaluación cualitativa que refleje el nivel jerárquico en el que se desenvuelve cada estudiante. Una jerarquía que debe fijarse según los objetivos curriculares, pero también, y más importante aún, según la situación inicial de partida (evaluación inicial) de cada alumna y alumno (educación y evaluación personalizada). Obviamente también es necesario evaluar de forma holística y no tanto de forma analítica, pues para que una evaluación sea válida debe referirse a la actuación completa (conceptos, procedimientos y actitudes)

¿Qué es una competencia?

Existen multitud de definiciones, pero por su sencillez, suelo utilizar la que propone PISA (Programa de Evaluación Internacional de Alumnado de la OCDE ):

"La capacidad del alumnado para aplicar conocimientos y habilidades y para analizar, razonar y comunicarse con eficacia cuando plantean, resuelven e interpretan problemas relacionados con diferentes situaciones"

Otra definición que me parece muy acertada, en este caso en relación a las competencias clave para el aprendizaje a lo largo de la vida, es la que propone la Unión Europea

“Combinación de destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes, e inclusión de la disposición para aprender además del saber”

¿Cómo evaluamos por competencias?

En primer lugar debemos salvar dos escollos importantísimos:

  1. Definir de forma apropiada y comprensible las competencias deseadas.
  2. Desarrollar criterios para evaluar el grado de adquisición de cada competencia.

La estructura empleada en los títulos de Formación Profesional es un ejemplo perfecto y representativo de una excelente forma de definir las competencias y los criterios de evaluación, pues contextualiza y define en términos de resultados de aprendizaje:

"logro + objetivo + contexto"

  • El logro expresa la acción que tiene que conseguirse asociada a una función, técnica, proceso, equipo,...
  • El objetivo expresa el contenido sobre el que se conseguirá el logro.
  • El contexto de aprendizaje determina los conceptos más relevantes asociados a la consecución del logro.

Ejemplos:

  • Monta instalaciones de riego identificando los elementos de la instalación y los procedimientos de montaje.
  • Elabora aparatos removibles de ortodoncia seleccionando aditamentos según prescripción facultativa.
  • ...

Además, para cada uno de estos resultados de aprendizaje (competencias contextualizadas) el título de FP facilita una serie de criterios de evaluación que permiten esclarecer el nivel de logro. Es decir, se trata de indicadores para medir los procedimientos, los conceptos y las actitudes asociadas en los resultados de aprendizaje. Por lo tanto, los criterios de evaluación caracterizan y concretan los resultados de aprendizaje esperados, orientan al respecto de la selección de contenidos, sobre la metodología, y sobre el diseño de los contextos de aprendizaje. Tal y cómo ocurre con los resultados de aprendizaje, los criterios de evaluación también están formulados atendiendo a una estructura determinada, pero en este caso, incluyen dos componentes:

"acción realizada + contenido de la actividad y/o condiciones"

Ejemplos:
RA_CELa redacción empleada en los currículos de otros niveles (infantil, primaria, ESO, bachillerato, enseñanzas de régimen especial), desde mi punto de vista, debería adaptarse en estos términos.

Y una vez definidas y contextualizadas las competencias y los criterios de evaluación ¿cómo tomamos evidencias? ¿Qué instrumentos empleamos?

Fernández March presentó en una conferencia impartida en la Universidad Politécnica de Cartagena el 25 de septiembre de 2008, con título "La evaluación de los aprendizajes en la Universidad: nuevos enfoques" la siguiente tabla con aspectos a considerar en la evaluación de competencias:
AspectosEvaluacioCompetencias
Todos los instrumentos propuestas en la tabla anterior presenta sus ventajas e inconvenientes por lo que se requiere una selección en función del resultado de aprendizaje a evaluar, siendo muy recomendable, tal y como apunta la Orden 38/2017 de evaluación de ESO y bachillerato en la Comunidad valenciana, la utilización de instrumentos diversos de evaluación.

¿Qué otros aspectos debemos tener en cuenta para una evaluación por competencias?

  • La práctica y la retroalimentación. Las competencia se adquieren a través de la práctica y la retroalimentación permite al alumnado conocer que aspectos debe mejorar para conseguir un mayor desarrollo competencial.

“Diga lo que quiere que los estudiantes sean capaces de hacer, enséñeles a
hacerlo y después compruebe si pueden hacerlo en realidad; si no pueden,
pruebe de nuevo hasta que puedan hacerlo” (Keller, 1968).

  • La familiarización con la evaluación de habilidades y capacidades. Si usualmente se evalúa en base a conceptos y se emplea como instrumento fundamental el examen, el cambio hacía una evaluación por competencias no será un camino de rosas. Por tanto, debemos preparar este camino y avanzar de forma progresiva. En ESTE ENLACE tienes varios ejemplos de unidades de evaluación de diferentes materias. Son actividades "tipo examen" donde el alumnado debe demostrar su nivel de competencia conceptual, procedimental y actitudinal.
  • Contextualizar las competencias clave. Ciertas competencias genéricas pueden estar más ligadas a unas materias que a otras. De hecho, muchas disciplinas cuentan con sus propias competencias de tipo genérico como parte de su currículo y también en su práctica profesional. Ejemplo de esto es la "competencia matemática" con la materia de "matemáticas". Ahora bien, debemos ser conscientes que aunque las competencias pueden enseñarse, aprenderse y evaluarse separadamente, es solo cuando éstas están integradas con la materia en cuestión, cuando pueden evaluarse adecuadamente. Es decir, una evaluación de competencias descontextualizada no es una evaluación representativa, dado que no es posible inferir cual será la actuación del alumnado en una situación real. Por tanto, es necesario diseñar entornos que reproduzcan situaciones reales y que resulten representativas y significantes para nuestro alumnado.
  • La observación directa y los agentes a involucrar. El diseño de instrumentos de evaluación de forma consensuada con el alumnado y una evaluación triangulada (evaluación externa, coevaluación y autoevaluación) mejorarán notablemente la credibilidad del resultado final.

Tengo la sensación de haber escrito mucho y haber dicho poco, y stoy seguro que si has llegado hasta aquí te surgirán varias dudas, como por ejemplo: ¿cuántas competencias evalúo a la vez? ¿Qué instrumento emplear para evaluar una o u otra competencia? ¿Cómo combino contenidos curriculares con competencias?...
Continuaré escribiendo y reflexionando sobre esta temática que tan de cabeza nos lleva a tod@s. De cualquier modo, aquí te dejo algunos enlaces que estoy seguro que te resultarán interesantes y muy útiles:

Y con todo esto...

¿Es acertado evaluar separando conceptos, procedimientos y actitudes?

Feliz miércoles,
Raül

Imagen de destacada tomada de Pixabay