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En ESTE POST reflexioné respecto del concepto de estoicismo e inicié una serie relacionada con esta filosofía práctica. Hoy me centraré en la «Eudaimonia», el «Areté» y la «Ataraxia». Vamos al lío...


Eudaimonia

Es común traducir «eudaimonia» por «felicidad», ahora bien, actualmente no existe una definición clara y consensuada de «felicidad» (AQUÍ escribí respecto a la fórmula de la felicidad y AQUÍ respecto a la felicidad profesional). Por tanto, traducir «eudaimonía» directamente por «felicidad» es un reduccionismo solo acertado en ciertos casos.

Desde la perspectiva estoica:

«Eudaimonia» se relaciona con el desarrollo potencial de las personas, es decir, de lo que actualmente se es a lo que puede llegar a convertirse en un futuro.

Para conseguir este potencial desarrollo («eudoimonia») es necesario actuar con «areté» y «ataraxia»


Areté

«Areté» se traduce como «virtud» o «excelencia». En la práctica se puede considerar como una de las principales preocupaciones de las personas estoicas, pues supone la guía sobre cómo actuar en la vida. Actuar con virtud nos permitirá desarrollar nuestro potencial de la mejor forma posible.

Se contemplan 4 virtudes:

  1. Sabiduría práctica. Se trata de actuar de la forma más apropiada en cada situación, es decir, actuar de manera correcta y prudente. Lo contrario de la sabiduría práctica es el «vicio» o la «ignorancia».
  2. Justicia. Se relaciona con la «moral» y por tanto con nuestra relación con los demás. La aplicación práctica de esta virtud consiste en relacionarnos con los demás de manera «justa», sin egoísmo ni egocentrismo, simplemente siendo «buenas» personas y contribuyendo al bien común y la «eudaimonía» de la sociedad. Escribió Marco Aurelio: «Lo que no beneficia a la colmena no beneficia a la abeja»
  3. Coraje. Tal vez sea la virtud más sencilla de entender, aunque la más difícil de poner en práctica. Consiste en actuar con fortaleza y valor para hacer lo que se debe hacer (lo correcto), aunque nos perjudique. Podemos asociar el «coraje» con «resiliencia» y por tanto actuar con coraje es también superar las adversidades de la vida. No debemos confundir «coraje» con ausencia del miedo, más bien es hacer lo correcto a pesar del miedo. Tampoco debemos confundir «coraje» con asumir riesgos innecesarios, pues como escribió Séneca: «El coraje sin sabiduría es un tipo más de cobardía».
  4. Templanza. Esta virtud se entiende como moderación en relación con los impulsos o placeres. Se trata de hacer lo correcto en la cantidad correcta y de la manera correcta, es decir, hacer lo que sabemos que debemos hacer porque es bueno para nosotros. En la práctica se asocia con la «disciplina» o mejor dicho con la «autodisciplina».

Si te esfuerzas por aprender y actuar con sabiduría práctica, tratas bien y con justicia a los demás, actúas con coraje y a pesar del miedo eres moderado y disciplinado (templanza), seguro que te va bien en la vida.


Ataraxia

«Ataraxia» puede traducirse como «tranquilidad», y desde la perspectiva estoica consiste en actuar con «serenidad mental». Tiene una relación clara y directa con las virtudes estoicas y como escribió Musonio Rufo: «La tranquilidad acompaña la virtud del sabio». No se trata de eliminar los problemas de nuestra vida para estar tranquilos, sino de afrontarlos con serenidad, manteniendo la paz mental  a pesar de su existencia.

«La mente, inalterada por violentas pasiones, es una ciudadela, y un hombre no tiene fortaleza más segura en la que refugiarse». Marco Aurelio

Personalmente admiro a las personas que actúan con tranquilidad y serenidad mental («ataraxia») y lo hacen en esos momentos de mayor presión. ¿Te ocurre lo mismo?


Feliz miércoles.

Raül

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