Que bien viven los “profes”, con dos meses de vacaciones, así cualquiera!!!!
Bueno, tú ya estás de vacaciones!!!
Si ahora no tienes clase, menudo "trabajazo"!!!
En el mejor de los casos: ¿Estás de vacaciones?
Seguro que si eres “profe” has tenido que mediar con este tipo de conversaciones, ¿verdad?
Bueno, aunque no tenga clase, he de preparar el próximo curso: programaciones didácticas, nuevos contenidos,...
Pues no tengo clase pero llevo todo el mes realizando varios cursos de formación: metodología, evaluación, técnicas… Además estoy ordenando y realizando el inventario del taller...
No tengo clase pero estoy de trabajo hasta la cabeza, diseñando los horarios, actualizando proyectos y planes, desarrollando informes,...
Lamentablemente el trabajo de las y de los “profes” no termina en el aula. Durante el mes de julio realizamos varias tareas que bien hechas producen un efecto muy positivo sobre el siguiente curso, pues permiten reflexionar sobre la práctica del curso terminado y preparar para que todo este a punto de caramelo en septiembre.
Unas de las tareas obligadas de julio son las reuniones de departamento y el “archifamoso” claustro de verano y precisamente de éste último quiero escribir hoy:
Primero me pondré las gafas de académico:
La Real Academia Español define al claustro como:
- Acepción 3: Conjunto de profesores de un centro docente en ciertos grados de enseñanza.
- Acepción 4: Reunión de los miembros del claustro de un centro docente.
Por tanto, con el término “claustro” se hace referencia tanto al profesorado de un centro docente como a la reunión que celebra el conjunto de este profesorado.
La LOMCE en su título V, capítulo III, sección segunda, hace referencia al claustro de profesorado, especificando su composición (artículo 128) y sus competencias (artículo 129), las cuales se relacionan todas ellas con aspectos pedagógicos y organizativos tales como:
- Formular propuestas para la elaboración de los proyectos de centro y de la programación general anual.
- Aprobar y evaluar la concreción del currículo.
- Fijar criterios referentes a la orientación, evaluación y recuperación del alumnado.
- Promover iniciativas de experimentación, investigación y formación del profesorado.
- ...
En la Comunidad Valenciana, los Decretos 233/1997 y 234/1997 concretan las competencias y el funcionamiento general de claustro en las escuelas/colegios y en los institutos respectivamente. En estos Decretos se indica que el claustro será presidido por la directora o director del centro educativo, que la asistencia es obligatoria y que se celebrará, al menos, un claustro cada dos meses, siendo preceptivo celebrar uno a principio y otro a final de curso.
Dicho todo lo anterior, me pongo ahora las gafas reflexivas:
El claustro es un órgano tremendamente decisivo en todas las cuestiones pedagógicas del centro: iniciativas, metodología, orientaciones para la evaluación, reflexiones, participación en proyectos,... Ahora bien, su funcionamiento no se puede catalogar como sencillo y ágil, sino más bien como complejo y en ocasiones “pastoso”, pero ésto es totalmente normal teniendo en cuenta que incluye a “gente diversa”: “profes” de diferentes ramas formativas, capacidades, temperamentos, carácteres,... un cóctel de muy difícil manejo para el equipo directivo y que, lamentablemente termina convirtiéndose en un mero órgano para votaciones y con escasa incidencia en las decisiones pedagógicas, las cuales son tomadas por el propio equipo directivo y posteriormente ratificadas por el claustro sin apenas debate. De hecho, si alguna profesora o profesor cuestiona las propuestas del equipo directivo, tiene muchas papeletas de ser considerado como alguien extraño, con intereses ocultos, que va en contra del equipo directivo,...
Es una verdadera pena que se hable de innovación educativa y que se intente cambiar la metodología de todo un centro sin que exista un debate previo en el claustro.
¿Has asistido alguna vez a un Claustro donde existiera un punto del orden del día que invitara al debate, a la reflexión, al consenso? ¿Qué te parecería un Claustro donde el un único punto del orden del día fuera: “experiencias educativas en nuestras clases”?
Sinceramente creo que la innovación educativa debe empezar en el propio claustro, si bien el equipo directivo debe dinamizar y crear el clima adecuado para ello, las decisiones y las líneas de trabajo deben ser resultado del debate y del consenso.
¿Cómo debería ser el claustro de un centro educativo verdaderamente innovador?
No existe respuesta única para esta pregunta pues el mejor claustro depende del propio centro y por tanto un “buen” claustro del centro A no necesariamente será un “buen” claustro del centro B. Son muchísimos los factores que influyen: tipo de enseñanzas, edad media del claustro, perfiles del profesorado, historia, recursos, clima, cultura, alumnado,... De cualquier modo, algunos aspectos que seguro que permiten conseguir el claustro soñado son los siguientes:
- El equipo directivo debe confiar en él. Obviamente si no confía en sus posibilidades y en su potencial, el propio equipo directivo (de manera inconsciente) no permitirá que el claustro haga propuestas y tome decisiones, de forma que se convertirá en mero órgano a quien informar.
- Aunque las ideas pueden surgir del equipo directivo o de cualquier otro docente del centro y no necesariamente en un claustro, las bases para el diseño y desarrollo de cualquier propuesta de innovación deben cocinarse en él. Si ésto es así, el claustro se sentirá partícipe y el desarrollo de la “idea” tiene muchas posibilidades de llegar a buen puerto. En caso contrario, es decir, en el supuesto que el equipo directivo presente al claustro un proyecto prácticamente definido (diseñado), provocará que las iniciativas del centro (léase iniciativas del equipo directivo) sólo serán llevadas a cabo por parte de los profesores (léase por los más “sumisos” o por aquellos a los que, por casualidad, la propuesta les parezca interesante).
- Es necesario cambiar su distribución tradicional y pasar de una estructura vertical (equipo directivo sentado frente al resto de profesorado, de forma que es él quien tiene toda la información y el “poder”) a una estructura horizontal (el equipo directivo debe diluirse entre el profesorado, pues es éste quien, a pesar de no contar con toda la información, si es garante del verdadero “poder”).
- Desarrollar las sesiones del claustro como verdaderas asambleas, donde el debate y el intercambio de opiniones sea el hilo conductor para la toma de decisiones. Se trata de llegar a acuerdos basados en el consenso y no en las votaciones, pues en este último caso habrá siempre un perdedor. Debe salir adelante la propuesta respaldada por el mejor argumento y para ello será necesario definir los principios y valores del centro educativo.
- El equipo directivo y más concretamente la directora o director debe ser un ejemplo a seguir: puntualidad, preparación exhaustiva de los puntos a tratar, respeto ante cualquier opinión/propuesta, iniciativa, visión estratégica, fundamento (legal y pedagógico) de las propuestas realizadas, procurar comprender antes que ser comprendido,...
- Planificar las sesiones del claustro en el propio claustro. Por ejemplo: en el “claustro de verano” tras debatir sobre la marcha general del curso y establecer las líneas generales del informe final de la PGA, se pueden proponer las líneas de trabajo para el curso siguiente. En el primer claustro del siguiente curso, tras haber reflexionado sobre estas líneas generales, se puede planificar el trabajo en función de estas líneas generales (definir objetivos, crear comisiones, establecer la temporalización y las fechas de los claustros,...).
- Diferenciar entre los claustros meramente informativos y rutinarios (que también son necesarios) de los claustros participativos y reflexivos (los realmente importantes para crear una verdadera cultura de trabajo colaborativa). Los primeros (informativos/rutinarios) pueden ser muy ágiles, pues es posible facilitar toda la información previa al profesorado y emplear la sesión de claustro tan sólo para aclarar dudas y confirmar/actualizar aquello que es necesario aprobar. Los segundos (participativos/reflexivos) requerirán de un número menor de puntos del orden del día y muy posiblemente de un mayor tiempo de desarrollo.
- …
Podría seguir escribiendo muchos más aspectos a tener en cuenta, pero en definitiva:
se trata de desarrollar acciones encaminadas a conseguir un claustro en el que el profesorado se sienta atraído, ilusionado e importante.
Recuerda que:
Ante una imposición siempre existirá una obediencia inteligente, pero ante el consenso sólo existe la apuesta fuerte y decidida de hacer que una idea se convierta en una realidad.
Y con esta entrada termino hasta septiembre. Los miércoles de agosto los dedicaré a leer, cargar las pilas y disfrutar de la familia y de los amigos.
Pasa unas maravillosas vacaciones. Nos “vemos” en septiembre,
Molt acertada la teua proposta