Esta es la tercera entrada de mi serie sobre el módulo de «Proyecto intermodular». Si me has seguido hasta aquí, recordarás que en la primera abordé la fundamentación legislativa y, en la segunda, exploré su aplicación práctica. Hoy quiero centrarme en el que, para mí, es uno de los aspectos más complejos y decisivos: la evaluación.

Es un tema con matices, así que vamos a ello.


El punto de partida: un módulo con entidad propia

Recordemos que el «Proyecto intermodular» no es un módulo cualquiera. Tiene entidad propia, con su asignación horaria, su profesorado responsable y sus Resultados de Aprendizaje (RA) específicos.

Pero su verdadera magia reside en su propósito: debe ser un puente que conecte las competencias que el alumnado adquiere en los distintos módulos del ciclo formativo. No se trata de repetir lo ya visto, sino de aplicar esos saberes de forma combinada para resolver un reto real.


La disonancia: ¿qué evaluamos exactamente?

En mi artículo anterior afirmé que, aunque el alumnado aplica conocimientos de varios módulos para resolver el proyecto, el objetivo principal no es evaluar los RA de esos otros módulos, sino los del propio «Proyecto intermodular».

Entiendo que esta afirmación puede generar cierta disonancia cognitiva. Al fin y al cabo, si el proyecto combina aprendizajes de todo el ciclo, ¿por qué no aprovechar para evaluarlos todos?

Pensemos en cualquier otro módulo, llamémosle «Módulo A». Todos tenemos claro que su objetivo de aprendizaje son los RA del «Módulo A», y esos son los que calificamos. Lo mismo pasa con el «Módulo B». El «Proyecto intermodular» funciona igual: su objetivo de aprendizaje son sus RA.

Quizás deba matizar mi postura. Cuando digo que el objetivo principal no es evaluar los RA de otros módulos, me refiero a calificarlos.


Evaluar vs. Calificar: el matiz que lo cambia todo

Como docentes, nuestra labor evaluadora es constante. Evaluamos continuamente: aportamos feedback, detectamos puntos de mejora, contribuimos al desarrollo competencial, ayudamos a mejorar la calidad de los aprendizajes… pero «evaluar» no es sinónimo de «calificar».

Debemos evaluar todo lo que ocurra en el aula, pero debemos calificar lo que corresponde en cada momento y en cada módulo. La capacidad de focalización es limitada, tanto para nosotros como para el alumnado. Debemos ser estratégicos y tener claro dónde ponemos el foco de la calificación, teniendo siempre en cuenta la capacidad de asimilación del estudiante y los recursos disponibles.

Veamos un ejemplo práctico:

Supongamos que el «Módulo A» incluye el RA: «Monta instalaciones de riego…». Ese RA debe evaluarse y, crucialmente, calificarse dentro del «Módulo A».

Ahora, imaginemos que en el «Proyecto intermodular» desarrollamos un reto donde el alumnado necesita montar esa misma instalación de riego. Si como docente detecto fallos en ese montaje, ¿debo intervenir? Por supuesto. Debo aportar feedback y guiar la mejora.

Pero el objetivo de aprendizaje (y, por tanto, la calificación) de ese reto no es el montaje en sí. El objetivo será analizar la viabilidad del proyecto, planificar la ejecución, realizar el seguimiento del proceso, etc. Es decir, los RA propios del módulo de «Proyecto intermodular».


Una distinción final: el módulo vs. la estrategia

Aquí surge una distinción fundamental que no podemos pasar por alto. ¿Qué ocurre si el equipo docente decide aplicar el artículo 41.4 de la Ley Orgánica 3/2022? Es decir, ¿qué pasa si el centro decide organizar todo el currículo en «proyectos intermodulares» mediante metodologías ágiles?

En ese escenario, una situación ideal desde mi punto de vista, el enfoque cambia radicalmente. El objetivo de aprendizaje ya no son los RA aislados de cada módulo original, sino los RA de esos nuevos «proyectos intermodulares» que el equipo educativo ha diseñado. En esta organización curricular, el equipo docente (idealmente) ha desagregado los RA de los distintos módulos y los ha recombinado para crear estos proyectos transversales, que actúan como nuevos contenedores de aprendizaje.

Por lo tanto, es vital no confundir ambas realidades:

  1. El módulo profesional específico de «Proyecto intermodular» (con sus propios RA).
  2. Los «Proyectos intermodulares» como estrategia organizativa de todo un currículo (amparada por el Art. 41.4 de la LO 3/2022).

Feliz finde

Raül

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