La nueva Ley de Formación Profesional ha traído consigo un soplo de aire fresco y, con él, la necesidad de comprender sus elementos más innovadores. Uno de los que más interés suscita, y sobre el que más preguntas recibo, es el Módulo de Proyecto Intermodular. Como profesional de la educación, entiendo este módulo no como un mero requisito, sino como una de las piezas más inteligentes y transformadoras del nuevo modelo.
En este primer artículo de una serie que le dedicaré, quiero desgranar sus aspectos esenciales. Mi objetivo es ofrecer una visión clara de su marco normativo y, sobre todo, de su carácter integrador, una cualidad indispensable para que el alumnado adquiera las competencias profesionales que de verdad le prepararán para un futuro laboral brillante y en constante cambio.
¿Qué es y por qué es tan importante el Proyecto Intermodular?
En esencia, el Proyecto Intermodular es el «pegamento» que une los saberes. Sustituye al antiguo módulo de «Proyecto» de los Grados Superiores, pero su alcance es mucho mayor, ya que se extiende a todos los niveles de la FP. Su finalidad es clara: servir como un puente que conecta las competencias que el alumnado va adquiriendo en los distintos módulos profesionales a lo largo de su formación.
Para entender su alcance, he aquí sus características clave, comunes a todos los grados (Básico, Medio y Superior):
- Un puente entre saberes: Su función principal es aglutinar los conocimientos, poniendo un foco especial en habilidades tan demandadas como la búsqueda de información, la innovación, la investigación aplicada y el emprendimiento.
- Un compañero de viaje: No es una tarea final que se realiza en el último momento. Se desarrolla de forma simultánea al resto de módulos, tejiendo una red de aprendizaje continuo a lo largo de todo el ciclo.
- Aprender haciendo: La metodología ideal es el Aprendizaje Basado en Retos (ABR). Se trata de plantear desafíos que requieran movilizar y combinar Resultados de Aprendizaje (RA) de varios módulos a la vez.
- El centro como epicentro: Es un módulo que se desarrolla íntegramente en el centro educativo. No es susceptible de dualización, garantizando así un espacio de creación y colaboración tutorizado por el profesorado.
¿Igual para todos los grados? Matices importantes
Aunque su espíritu integrador es el mismo, la normativa adapta su estructura y enfoque a la madurez y complejidad de cada nivel formativo. Esta tabla resume las diferencias clave:
3. Más allá de la teoría: ¿Qué se espera que el alumnado aprenda?
El verdadero valor del Proyecto Intermodular reside en su capacidad para activar aprendizajes transversales. No se trata de repetir lo aprendido en cada módulo, sino de aplicarlo de forma combinada para resolver un reto.
- En Grado Básico, el equipo docente diseñará retos que movilicen RA de distintos módulos. Por ejemplo, una tarea tan aparentemente sencilla como «buscar información sobre empresas del sector y elaborar un mapa de sus servicios» ya implica competencias de comunicación, digitales y profesionales.
- En Grado Medio, los RA son más específicos. El currículo (Anexo II del RD 499/2024) nos habla de «Caracterizar las empresas del sector atendiendo a su organización y al tipo de producto o servicio que ofrecen», lo que exige un análisis más profundo.
- En Grado Superior, la exigencia sube un peldaño. El proyecto debe integrar las competencias del título, pero con un énfasis claro en la innovación, la investigación aplicada y el emprendimiento, conectando directamente con las necesidades reales del mundo profesional.
4. La evaluación: una mirada 360º al aprendizaje
Evaluar este módulo es un proceso tan integrador como su propio desarrollo. No se trata de poner una simple nota a un trabajo final, sino de valorar un proceso completo.
- Evaluación continua y colegiada: El seguimiento es constante y formativo. La decisión final sobre la calificación la toma el equipo docente de manera colegiada, valorando el grado real de adquisición de las competencias del ciclo.
- Autonomía y supervisión: Los centros, a través de los departamentos de familia profesional, tienen la autonomía para definir las especificaciones, los trabajos a realizar y los criterios concretos de evaluación, siempre dentro del marco de su programación didáctica.
- Tutorización y defensa: El alumnado cuenta con un seguimiento individual y colectivo. La docencia recae en el profesorado que imparte los módulos profesionales. En Grado Medio y Superior, el proyecto culmina con una defensa ante el equipo docente, al que puede sumarse la persona que tutoriza las prácticas en la empresa.
- Calificación en Grado Superior: La nota final del módulo es el resultado de una ponderación entre lo trabajado en el primer y el segundo curso, reflejando así la evolución del aprendizaje.
- Un punto clave: no se convalida. Es fundamental entender que, por su naturaleza integradora y única para cada ciclo, el Módulo de Proyecto Intermodular no puede ser convalidado.
Este módulo es mucho más que una asignatura; es el reflejo del compromiso del nuevo Sistema de Formación Profesional con un aprendizaje práctico, conectado y significativo.
En el próximo artículo de esta serie, profundizaremos en los aspectos más pragmáticos del Proyecto Intermodular. ¡Te espero!
Feliz finde
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