Los días de descanso de la semana pasada me han venido como anillo al dedo. Y es que necesitaba poner cada cosa en su lugar, pues después del caos que ha supuesto en mi agenda el cambio de casa del que te escribí hace un par de semanas, necesitaba un poco de tiempo para volver a organizarme. Todavía tengo algún cuadro que poner, alguna caja que abrir y más de una tarea pendiente, pero tener cada cosa en su lugar y haber ordenado por prioridad los asuntos pendientes me aportan tranquilidad y paz interior.
Hoy reflexionaré de dos conceptos que, desde mi punto de vista, están estrechamente relacionados. Y es que esta misma semana he tenido que acercarme a dos momentos "desagradables" relacionados con la empatía y la eficiencia, los cuales creo haber gestionado "bastante bien" gracias a mi reciente práctica de Mindfulness.

Meditar

Imagen tomada de Pixabay


Te cuento...
El lunes por la tarde fui a un taller mecánico para que cambiaran una pieza a mi coche. Por la mañana contactaron conmigo y me confirmaron que ya tenían este pieza. Se trataba de algo muy sencillo que tan solo requería de poco más de 5 minutos de mano de obra, pero estuve en el taller algo más de 1 hora:

  • 20 minutos para que me atendieran,
  • 15 minutos tomándome datos (los cuales ya deberían tener),
  • 5 minutos para entrar el coche al taller,
  • 5 minutos para cambiar la pieza,
  • 10 minutos para sacar el coche del taller,
  • y otros 10 minutos para informarme que el cambio de pieza entraba en garantía (menos mal!!!!)

En resumen, 1 hora de tiempo, para un trabajo efectivo de 5 minutos.

Ayer mismo tuve que realizar una gestión en un organismo público. Al igual que el lunes, pensé que tardaría poco tiempo, pues tan solo debía registrar un solicitud de adecuación según el plano que adjuntaba. Vamos, que se trataba de recoger un formulario tipo ( "datos personales", "expongo", "solicito") y adjuntar una documentación que ya llevaba impresa. Pero no fue tan rápido como pensaba:

  • 10 minutos para que me atendieran en el registro y me recomendaran que acudiera a la sección "información",
  • 10 minutos para que me atendieran en "información",
  • 5 minutos para que en "información" me dijeran que todo era correcto, que no se requería ningún tipo de adecuación y que el certificado que necesitaba podría obtenerlo gratuitamente en otro organismo público (incoherencias de la Administración Pública, pues lo que en un organismo público me costaría algo más de 20€ en otro lo podía obtener gratuitamente),
  • 10 minutos para desplazarme hasta este nuevo organismo público,
  • 45 minutos para que me atendieran y me informaran que el certificado que solicitaba no podían imprimirlo porque en el organismo al que había acudido en primer momento existía una inconsistencia,
  • 10 minutos para volver al organismo público al que acudí en primer momento,
  • 5 minutos para que me atendieran de nuevo en "información". En esta ocasión me atendió una persona diferente, la cual revisó el expediente y me informó la forma de proceder: registro de formulario estándar con plano adjunto.
  • 5 minutos para rellenar el formulario estándar y registrarlo junto con el plano

En resumen, 1 hora y 40 minutos de tiempo, para un trabajo efectivo de 20 minutos.

En otro momento de mi vida muy probablemente me hubiera desesperado y hubiera reaccionado con rabia y exigencias a las personas que me atendieron, pero en ambos casos respiré profundamente y decidí acercarme al momento "desagradable" con paz, respeto y aceptación.
Estoy completamente seguro que si las personas que me atendieron lo hubieran hecho con empatía, la eficiencia de estas gestiones hubiera sido muchísimo mayor.
La empatía es una expresión respetuosa de lo que otra persona está experimentando, de modo que requiere que vaciemos nuestra mente y escuchemos con todo nuestro ser, sin necesidad de aconsejar, tranquilizar o explicar nuestra postura. Independientemente de las palabras que utilicen los demás, simplemente debemos escuchar sus observaciones, necesidades, sentimientos y peticiones. En muchas ocasiones es práctico y aconsejable parafrasear y pedir "feedback", pues es posible que la otra persona no se exprese bien (probablemente esto es lo que me ocurrió en estos dos momentos "desagradables"). En cualquier caso, debemos dar la oportunidad de expresarse plenamente antes de trasladar nuestra atención o satisfacer sus peticiones. Y es que la empatía nos permite percibir nuestro mundo de una manera nueva y seguir adelante. No siempre es necesario hacer algo, en ocasiones se trata simplemente de escuchar y estar presentes, pues decimos mucho cuando escuchamos los sentimientos y las necesidades de los demás.

La empatía nos asegura la escucha activa y la escucha activa nos permite ser más eficientes, pues ayuda a identificar los sentimientos y necesidades de la persona que escuchamos. 

Eficiencia

Imagen tomada de Pixabay


En los dos momentos "desagradables" que he planteado en esta entrada, estoy completamente seguro que si las personas que me atendieron hubieran empatizado conmigo y hubieran identificado aquello que realmente necesitaba, no tendría que haber respirado tan profundamente. Pero bueno, de todo se aprende y estos dos momentos han hecho que me plantee como voy yo de empatía y cuales han sido los beneficios de la inversión de tiempo en mi faceta espiritual. Aquí te dejo las preguntas que me hice ayer por la tarde, cuando recordaba estas dos situaciones y me estructuraba la entrada que ahora mismo lees:

  • ¿Cómo hubiera reaccionado sin mis recientes aprendizajes de Mindfulness?
  • ¿Atiendo con verdadera empatía a las personas que escucho?
  • Como miembro de la Administración Pública y de la sociedad en general, ¿puedo aportar mi granito de arena para que las cosas sean más ágiles y eficientes?

Termino con un consejo:


Seas quien seas y trabajes donde trabajes, tienes en tus manos mejorar el clima que te rodea y la eficiencia de tus tareas empatizando con las personas con las que te relacionas. Si tu trabajo pasa por atender a otras personas, no caigas en la rutina y no te pongas en "modo automático". Todas las personas son especiales y deben ser atendidas como tal.


Te deseo un fantástico miércoles,
Raül

NOTA: IMAGEN DESTACADA TOMADA DE PIXABAY

 

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