Organización y funcionamiento de los centros docentes

Miguel Ángel Santos Guerra, en su libro "Entre bastidores: el lado oscuro de la organización escolar" , hace referencia a un símil teatral para analizar la vida escolar. Según palabras del propio autor:
"Entre bastidores, hace alusión la importancia descubrir la parte que no es visible, el lado que no está iluminado, lo que no está a primera vista. La tarea de iluminar lo que no está en la oscuridad corresponde a todos los que están en el escenario, en la sala de representación y en la calle sin poder participar en la obra. Es necesario descubrir entre todos qué hay de verdad y de mentira, que hay de bondad y de maldad, qué hay de realidad y ficción en la actividad pública de la educación".
Y es este el libro el que me da pie para escribir la entrada de hoy, una temática sobre la que ya hace tiempo que no escribo en este blog:

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La organización y el funcionamiento de los centros docentes

Estoy de acuerdo con Santos Guerra cuando afirma que cada escuela es única pero que tiene unos condicionantes sociales, legales, organizativos y psicológicos comunes que le confieren una diferenciación respecto a otras instituciones.
La legislación educativa, tal vez la más ámpliamente desarrollada y encorsetada con respecto a otros sectores, deja poco marguen de maniobra a los centros decentes en cuanto a su organización y funcionamiento. El capítulo II del título V de la LOE/LOMCE lo dedica en exclusiva a la autonomía de los centros docentes y es aquí donde se hace referencia al proyecto educativo, al proyecto de gestión, a las normas de organización, funcionamiento y convivencia,... indicando que las administraciones educativas de las comunidades autónomas deben otorgar autonomía de gestión para que los centros educativos desarrollen sus documentos de planificación de centro. La Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana, de acuerdo a sus competencias, concreta la estructura de los documentos de planificación de centro y regula diferentes aspectos de su funcionamiento (ejemplo de esta regulación es el Decreto 39/2008 u otros tantos a los que podría hacer referencia en esta entrada). Algunos estarán encantados con toda esta regulación y otros no tanto, pero de esto no quiero escribir hoy, tan solo pretendo demostrar que los centros educativos disponen de una organización que se regula de forma minuciosa, al  menos externamente: espacios, ubicación, medidas, materiales, recursos humanos, órganos de coordinación, órganos de gobierno, participación,...
No obstante, otra cosa es lo que sucede luego en la realidad con esas disposiciones que
regulan la organización de los centros. La organización escolar se ocupa de la regulación de los espacios, del reparto del presupuesto, de la estructura burocrática, de la documentación administrativa,... pero:

Si bien la legislación puede llegar a encorsetar administrativamente y definir muchas de las actuaciones de los centros, el modelo organizativo que se desarrolle determinará el clima, la cultura y por ende el comportamiento de la comunidad educativa, fundamentalmente el del alumnado y el del profesorado.
Es obvio que un centro educativo es una organización, pero hay organizaciones más "organizadas", más rígidas y otras más flexibles e incluso informales:
La familia "normal" se comporta como una organización informal. Sin embargo, en una empresa "normal" los objetivos están expresados de una manera totalmente operativa, existe un reparto de tareas y de responsabilidades expresado en definición de puestos de trabajo y en reglamentos.  
Desde esta reflexión, y aceptando que un centro educativo sea considerado como una organización, ¿conviene que sea flexible, informal, o más bien rígido y planificado?

Atendiendo a esta última reflexión, ¿cuales son los posibles modelos organizativos?